La nueva especie ha colonizado ya el río Esla en su zona baja, igual que lo hicieron en su tiempo los blasses y los lucios. Nadie sabe quién ha sido el promotor de esta nueva idea.

Nuevamente nos vemos sorprendidos por una explosión demográfica diferente, que ha colonizado el río Esla en su zona baja, igual que lo hicieron en su tiempo los blasses y los lucios. Nadie sabe quién ha sido el promotor de la nueva singladura, pero lo cierto es que han llegado con toda la potencia de nuevos colonizadores, y que durante el verano se pescaban en muchos lugares de este río. Parecen desplazarse en cardúmenes de muchos individuos, que se aposentan en zonas de aguas someras de poca corriente, con lechos de grijo fino o arenosos, incluso en mangas de río de aguas casi paradas. En otras zonas del río no suelen localizarse. Se trata de una especie que nos ha pillado por sorpresa y aún no conocemos sus costumbres por estas latitudes. Resulta cuando menos extraño comprobar que en lugares en que estuvieron localizables, al llegar el invierno los han abandonado y, sin embargo, se han concentrado muchos miles de individuos en alguna zona concreta, como el puente de Valencia de Don Juan, donde es un espectáculo observarlos y un buen entretenimiento pescarlos. Como hay poca profundidad pueden verse oscureciendo casi todo el fondo, en manchas que a veces son completamente simétricas y paralelas, como si fueran ejércitos haciendo la instrucción. Me explico: se ven manchas oscuras muy alargadas de peces que están todos en la misma posición, cara hacia arriba, dejando un espacio libre entre cada mancha alargada, casi pegados al fondo, y así sucesivamente muchas formaciones, todas mirando hacia arriba. En otros momentos se concentran en un bando muy apiñado y al menor movimiento o ruido extraño se espantan y patinan al unísono por la misma superficie formando un enorme abanico plateado de miles de ejemplares que se serena de inmediato. Algo semejante a los bancos de sardinas en el mar. Da la impresión de que se hubieran concentrado para seguir la migración hacia otros lugares, o para desovar. Ahora nos corresponde esperar para ver si vuelven a disgregarse en cardúmenes más pequeños por todos los lugares del verano pasado o continuarán su ascensión hacia posiciones más altas, y en qué fechas lo hacen.

A río revuelto...

Aprovechando la aglomeración de peces, pescadores de todas las edades acuden al reclamo de la pesca fácil. Los sábados y domingos acuden los estudiantes adolescentes, copando las echadas desde el puente o en la orilla. Es curioso comprobar los procedimientos que se emplean. Los que lo hacen a cebo emplean el asticot o gusano de la carne (siempre por debajo del puente, puesto que en la parte anterior es zona truchera y está prohibido), y los que actúan desde el puente emplean cucharillas que dejan caer y al tirar enganchan al robo a los alburnos (también prohibido). El resto de los días acuden los jubilados y otros pescadores. Desde luego no he visto a ninguno que utilice aparejos para la pesca de las truchas que dicen que hay ( en una ocasión vi una que estaba orillada y cubierta completamente de moho blanco, esperando dar los últimos coletazos. Sería la última que quedaba).

Lo cierto es que hay alburnos y algunos lucios escapados de los cables, y suele haber barbos en su época, pero han desaparecido las pocas truchas grandes que había, y los blasses, y anteriormente los escallos (cachos) y los cangrejos, y ya no se ven bermejuelas, tampoco carpines y pocas carpas y menos tencas, y las bogas no suben como antes por el Esla. La realidad está en contra de la lógica aparente, pues ahora que el estiaje no le afecta y mantiene el caudal de agua abundante durante los veranos, le ha abandonado o desaparecido la pesca que le daba vida en las épocas en que casi se secaba y todavía se pescaba legalmente con red. Las causas tendrían que explicárnoslas quienes detentan el poder sobre los ríos y sus habitantes, pero de manera científica y comprensible (difícil tarea), detallando los estudios previos y las decisiones posteriores a cada acontecimiento. También los resultados de sus decisiones.

¿ Vertido incontrolado ?

Aprovecho para informar que el agua que viene por la margen izquierda del río hacia el puente y continúa hacia abajo, abarcando casi toda la zona donde se hallan concentrados los alburnos, llega turbia y contaminada (unos días más que otros), y se distingue perfectamente que es consecuencia de algún desagüe o vertido incontrolado, pues el resto del río está más transparente. Según mis informes Valencia de Don Juan dispone de depuradora y no se comprende que haya algún vertido que se escape sin depurar, salvo que tenga algún otro origen. Un rumor implicaba directamente a desagües de una gran urbanización aneja al núcleo urbano o muy cercana. De ser esto cierto, alguien está haciendo la vista gorda y convendría que Medio Ambiente comprobase que se efectúan los controles de obligada depuración, teniendo en cuenta también que se está contaminando toda la pesca que se extrae de la zona del puente, y que puede perjudicar la sanidad y la salud de sus consumidores. También el Ayuntamiento tendría que ser consciente de que en la imagen de Coyanza se incluye la limpieza de las aguas del río, de cara al turismo de verano con los miles de asturianos que vacacionan en ella, y en lo que también los alburnos plateados y limpios pueden tener alguna influencia como curiosidad y entretenimiento. No estaría de más que, atendiendo a la realidad de las zonas trucheras se rectificasen sus límites, que en el caso del río Esla serían más adecuados en el puerto de Benamariel, que siempre se destacó por la concentración de grandes barbos en su caída, que en tiempos no muy lejanos solían pescarse al robo desde el mismo muro de la presa. Desde este lugar hacia abajo solo podrán encontrarse despistados ejemplares de trucha que, hasta Valencia de Don Juan estarán huérfanos de toda compañía. De esta forma podrían evitarse las situaciones embarazosas de tener que denunciar a quienes pescan alburnos en la parte alta del puente o incluso en la manga de Cabañas (ejemplo sin par de zona truchera sucia y sin truchas), pues si lo hacen con gusano tienen que estar siempre pendientes de que no venga la guardia civil y les denuncie. Es obvio que a ningún pescador de truchas se le ocurre intentarlo en esta zona. En resumen, alburnos sí, aguas limpias y depuradas sí, y rectificación de zona truchera sí, en beneficio de Valencia de Don Juan, de sus habitantes y visitantes, y como ejemplo demostrable, que no aparente, de colaboración con el medio ambiente.